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El Betis, un mito

El Betis, un mito

Reproducimos fielmente la ponencia del Doctor en Filosofía, Jürgen Kant de nacionalidad alemana que tuvo lugar en la Universidad de Colonia el pasado mes de Septiembre.

UN GRUPO DE FILOSOFOS ALEMANES EXPONEN EN LA UNIVERSIDAD DE COLONIA UNA TEORIA DE LA RAZON DE LA EXISTENCIA HUMANA BASADA EN EL MITO DEL BETIS.

DR .JÜRGEN KANT

EL BETIS

¿Qué ilusion tiene la vida sin el Betis? , se preguntaba un anciano ante las cámaras de televisión. Pero ¿Qué es el Betis? .un grupo de científicos alemanas ha llegado a la conclusión de que el Betis es uno de los grandes mitos que alimenta la existencia del ser humano. Si los griegos forjaron el mito de Sísifo o el de Tántalo para hablar de lo inalcanzable el hombre contemporáneo ha creado al Betis para expresar ese estadio beatifico al que los humanos aspiran pero que nunca jamás alcanzan .El Betis representa la felicidad soñada, el afán continuo, la esperanza perpetua el anhelo llevado a su máxima potencia, la aspiración eternamente mantenida .Eso es el Betis. Un estado de animo que obliga a los practicantes de la filosofía a permanecer siempre en vilo y siempre desasosegados, porque ese sueño que ambicionan siempre esta a punto de realizarse y siempre se está desvaneciendo. Sólo por eso viven los béticos, por ver realizados unos deseos que continuamente se esfuman .El Betis es ese ideal, que espolea la lucha diaria y hace llevadera una existencia muchas veces mediocre anodina.


Los béticos de pasan seis días y medio esperando la tarde del domingo acongojados. Seis días y medio aguardando que esa tarde se cumpla su deseo para siempre. Seis días y medio imaginándose que su tormento acabara de una vez por todas .Estos filósofos quizás intuyan que esa tarde volverá a ser aciaga una vez más ,tal vez sospechen que el destino les repita la jugada de todas las tardes de domingo ,pero estas dudas no les arrendran . Es más, estos temores son justo el acicate que los empuja inexorablemente a esperar cada tarde de domingo con idéntico optimismo. Ante el fracaso reiterado, jamas sienten desaliento ni la flaqueza, porque su única pasión en esta vida es ver cómo esa tarde se cumple su sueño. Por ello, si a los hombres les falta esperaza o el deseo, ¿Qué ilusión puede tener entonces la vida sin el Betis?

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