Sobre leyendas, dueños y espejos
DISCÓBOLO
Es común entre la mitad de Sevilla la especie de que los béticos no estuvieron al lado de su equipo en 1992, mientras que lo sevillistas sí, al igual que es común en esa mitad la especie de que el Betis tiene un dueño, mientras que el Sevilla pertenece "a los sevillistas". Sin ir más lejos, escritos vertidos en páginas de opinión o foros son fiel reflejo de la utilización de dichas leyendas, que se lanzan a la cara de los béticos al parecer desde una situación de presunta superioridad moral. Quede claro pues que es la desmitificación de leyendas erradas acerca del beticismo las que llevan a hablar de un equipo distinto al Betis y a cuyos aficionados se respetan (y, como es lógico y norma en esta ciudad, en muchos casos se quieren, como amigos y parientes).
Digo esto porque, partiendo de la base de que no soy yo precisamente de los que se sienten cómodos con la situación accionarial del Real Betis, ni con muchas pautas de gestión o declaraciones públicas de su Presidente, creo que sería conveniente que quienes nos espetan esta realidad fueran al menos conscientes de la suya. Y hablo en el terreno puramente societario, porque creo que en lo deportivo bastantes comparaciones se han hecho ya.
La historia dice que a 30 de Junio de 1992 los clubes tenían que convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas con un capital social equivalente a las deudas que no asumiera el Plan de Saneamiento. En el caso del Real Betis el capital social exigido fue de 7 millones de euros, mientras que al Sevilla se le exigieron poco más de 4 millones de euros (estaba en mejor situación gracias a una recalificación -graciable o no, ustedes valores- que le había permitido ingresar 12 millones de euros).
En el caso del Betis, compraron acciones unos 7.000 béticos. Lo que podríamos considerar "el beticismo de a pie" compró acciones por valor de unos 3 millones de euros. No obstante, y a diferencia del Sevilla, no aparecieron "familias" con potencial (tal vez la recalificación mencionada y la diferente valoración de los terrenos de uno y otro club tuvieran algo que ver, como se está viendo con el tiempo); incluso hubo actores comunes, como Caldas, que se negó a negociar la deuda que el Betis tenía con Promainsur.
Curioso, al menos. El 30 de Junio de 1992, cuando al parecer algunos brindaban con champán, Lopera desembolsó los 4 millones de euros que se precisaban y se convirtió en el accionista mayoritario (o dueño) del Real Betis. Se adelantó con ello, según se dice, a otra facción encabezada al parecer por Galera y Retamero, que pretendía controlar el Betis aunque sin capacidad de desembolsar la cantidad íntegra.
En el caso del Sevilla, compraron acciones unos 4.000 socios. Lo que podríamos considerar "el sevillismo de a pie" compró algo más de 1 millón de euros, mientras que cerca de 3 millones (el 75%) fue comprado directa o indirectamente por los que se convirtieron en accionistas mayoritarios (o dueños, según se quiera) que en la práctica se repartieron el club: Cuervas, Romero, Carrión, Álvarez, Aguilar, Alés, Castro, Martín Baena, Del Nido y otros. Mucho podría hablarse de otras leyendas: la del paquete maldito, la de Antena 3 y otras, pero darían para un libro entero, y además no es a mí a quien corresponde escribirlo, sino a los sevillistas, en especial a aquellos con memoria y amor por su club.
En definitiva, el "beticismo de a pie" dio la cara -el bolsillo- en número de 7.000 y en cuantía de 500 millones de pesetas; el "sevillismo de a pie" dio la cara en número de 4.000 y en cuantía de unos 200 millones de pesetas.
En ambos casos llegaron otro u otros para hacerse con la propiedad real del club. En un caso, in extremis; en el otro caso con tiempo, tal vez porque era un botín más jugoso.
Esta es la leyenda de 1992: Yo no sé si podemos considerar que los béticos dieron la cara todo lo que debían o podían; lo que sí creo es que tal vez no estén los sevillistas en la mejor posición para ser quienes lo valoren, si nos remitimos a los hechos en vez de a las leyendas. Tal vez sería más conveniente para todos que dejasen que seamos los béticos quienes valoremos lo de 1992, y que valoren los sevillistas lo propio y sus consecuencias, que no fueron pocas.
Vayamos ahora con la leyenda acerca de la propiedad, según los datos actuales:
Previamente, hay que explicar que tras la conversión en SAD de 1992, en la que como hemos visto un 75% del capital social del Sevilla quedó en manos de los accionistas mayoritarios, pasó el tiempo, vinieron muchos presidentes, escándalos, catarsis y una historia que como ya dije corresponde contar a los sevillistas. Indicar meramente que en diciembre de 1997 se da la oportunidad a los sevillistas de adquirir un mayor número de acciones, con una ampliación de capital de 4 millones de euros, de la que solo se suscribieron unos 2 millones; a pesar de que creo recordar que se hizo un llamamiento a la masa social para evitar tener que vender el campo. Una ampliación con la que aumentó el reparto de acciones, pero sin eliminar plenamente la influencia de los accionistas mayoritarios. Indicar que los béticos no han tenido -desgraciadamente- esta oportunidad de acudir a una ampliación: ni de 4 millones, ni de 2 millones, ni de 60 euros. Por cierto, si se me permite y aunque no me corresponda, me gustaría hacer un reconocimiento a la actuación en esos años de DON Roberto Alés (el de "la penita" según algunos, que bien poco valoran lo mucho que hizo por su club y por el sevillismo, a pesar de que se hace caja ahora a costa de su siembra).
La situación actual, tras aquella ampliación, es la que sigue: El capital social del Betis es de 7 millones de euros, mientras que el del Sevilla es de 6 millones. El Betis tiene unos 7.000 accionistas, mientras que el Sevilla tiene unos 11.000. El "beticismo de a pie" tiene unos 3 millones, mientras que el "sevillismo de a pie" -ampliación incluida- no llega a esa cifra.
Lopera -Farusa- controla cerca del 55% del capital. En el caso del Sevilla, los accionistas mayoritarios controlan un 55% del capital (considerando como tales a Caldas -accionista mayoritario-, Romero, Carrión y Sevillistas de Nervión -compuesto por Grupo de Utrera, Del Nido y Alés-).
En el Betis, pues, manda Lopera, su accionista mayoritario (o dueño, según se prefiera). En el Sevilla manda Del Nido, con el apoyo expreso de Ales, Romero y el Grupo de Utrera -al que pertenece el Vicepresidente- y el apoyo tácito de Caldas y Carrión. Es decir, en el Sevilla mandan sus accionistas mayoritarios (o dueños, según se prefiera). Un "dueño" en un caso, nueve "dueños" en el otro. Cierto es que en un lado el poder es omnímodo, mientras que en el otro se precisa coincidencia de intereses; eso sí, no necesariamente ligados a los deseos de la masa social.
Esta es la leyenda en cuanto a la propiedad: Ya sabemos que el Betis no pertenece a los béticos (aunque si la alternativa a Lopera es que lo compre un señor como Caldas o un fondo de inversión, difícil me lo ponen, porque aún con todo lo dicho creo que Lopera quiere más al Betis que Caldas al Sevilla); pero en este caso, una vez más, tampoco parece que sean los sevillistas los moralmente mejor situados para valorarlo, pues tampoco el Sevilla les pertenece en sentido amplio.
Dicho sea todo lo anterior (primera y segunda parte) salvo error u omisión en los datos, y esperando no molestar a nadie, pues solo estoy intentando ofrecer un espejo a quienes se dedican a decirle a su vecino lo feo que es sin reparar en que el que de ello acusa tampoco es clavaito a Paul Newman precisamente. A quien moleste, siempre tiene la opción de no mirarse al espejo, y seguir pensando sinceramente que un sevillista con 5 acciones manda mucho más que un bético en su mismo caso.
En fin. Solo un corolario respecto a los acontecimientos de Agosto de 1995, dado que se ponen por algunos como ejemplo en contraposición con los de Junio de 1992: Eso sí, vuelvo a insistir en que no me corresponde a mí escribir la historia del sevillismo, sino a los sevillistas. Solo les pido que me permitan indicar tres cosas: La primera, que sin desmerecer la movilización del sevillismo y su capacidad de respuesta, tal vez no sea muy afortunado comparar el esfuerzo de acudir a una manifestación (que no tiene un descuento salarial como la huelga ni tuvo riesgo de represión policial precisamente) con un esfuerzo económico; digo que no es muy adecuado porque dejaría en mal lugar no ya a los béticos de 1992, sino a los mismos actores que en 1992 y 1997 suscribieron en número muy inferior las acciones del equipo por el que se manifestaron en 1995.
La segunda, que me permitan recordar que la solución finalmente tuvo que pasar por la asunción por unanimidad de todos los clubes de una Liga de 22 (ahórrense especulaciones acerca de cual hubiera sido el voto de ser secreto), arreglando así un cúmulo de despropositos del que fueron especialmente responsables el presidente y el vicepresidente de aquel entonces, pero cuyas consecuencias sufrimos todos los equipos. La tercera y última cosa que quiero indicar es que, a diferencia de sevillistas que andaban no ya fuera de Sevilla, sino de España, yo estuve aquella noche en la concentración esporádica del Pizjuan y el día de la manifestación, en ambos casos apoyando a mis amigos sevillistas (y no fuí el único bético). Igual que estuve en 1992 comprando las acciones que pude del Betis.
2 comentarios
Jordan Flight 45 -
Juan Carlos Baez -
no se si los datos que muestras son fidedignos, que espero que lo sean, pero lo que si me gustaria es que pudieses ponerte en contacto conmigo por que me gustaria hacerte una preguntas que no me las han podido responder nunca, a cerca de nuestro querido Real Betis Balompie